
Universidad de Valencia. Facultad de Medicina y Odontología
Trabajo fin de grado. Curso 2018/2019. 1º Convocatoria
Autor: Evgeny Tarasenko Ivantsiv
Tutor: Dr. Juan Rojo Moreno
(trabajo resumido. Para ver el trabajo completo aquí o aquí )
Las diferencias en la forma de la enseñanza médica influyen en el estudiante: si la facultad es pública o privada, el tamaño de los diferentes departamentos y su intensidad de investigación, la antigüedad de esta, el tamaño de sus clases, la promoción de diferentes especialidades dentro de esta facultad (Susan D. Block, 1998). Además como cita Michael E. Withcomb, (1992) existen facultades con una producción de especialistas en atención primaria más alta que otras. Pugno et als. (2000) han demostrado que los graduados médicos que provienen de universidades públicas eligen 2 veces más la especialidad de atención primaria que los que provienen de universidades privadas. La facultad de medicina presenta una amplia gama de profesores que imparten diferentes asignaturas. La existencia de un profesor consejero puede jugar un papel determinante en las fases finales de la toma de decisión.
Currículum: El programa de las diferentes facultades es muy variado pero como demostró Campos-Outcalt y Senf (1999), aquellas facultades que introducían rotatorios obligatorios de atención primaria influían positivamente en la toma de decisión en esta especialidad. En los estudios de Martini et al. (1994), queda reflejado que el 40% de los estudiantes eligen su especialidad en los años de rotación clínica. Y un 42% del alumnado consideraba estos rotatorios como experiencias influyentes a la hora de tomar la decisión.
Factores externos que afectan al estudiante: …La socialización. Esto hace referencia a la influencia del entorno, de los compañeros y de los profesores. Cabe recalcar que esta socialización hace que el estudiante sufra una evolución a lo largo de sus años de carrera. Esto se puede traducir en que una percepción positiva por una especialidad a priori, puede cambiar a lo largo de los años (Lynch et als. 1998). Además Zinn et al. (2001), hablan de una desaparición de la orientación hacia la atención primaria conforme el alumno avanza de curso en curso hacia la residencia.
Necesidades por satisfacer: Juega un papel importante el concepto de autorrealización, difícil de definir en algunas ocasiones. Fincher et al. (1992), descubrió que aquellos estudiantes que elegían atención primaria estaban influidos por un deseo de mantener puertas abiertas para una futura especialización y un deseo de atención longitudinal con los pacientes. Aparte de un deseo de contacto mayor con el paciente, un deseo de servir a la población y tratar diferentes tipos de problemas. Por el contrario, aquellos que querían especialidades diferentes estaban influidos con un deseo de recompensa económica, una percepción del estilo de vida y el prestigio social.
Percepción de la especialidad en cuestión:
Ray Dorsey habla de que la decisión del futuro especialista es tomada en función de cómo es el “estilo de vida de la especialidad” que va a ejercer. Este estilo de vida es definido por el autor como el tiempo personal libre para la práctica de requerimientos de ocio, familia, aspiraciones vocacionales y control de las horas semanales totales empleadas en responsabilidades profesionales. Es decir, estaríamos hablando del tiempo libre que queda para actividades independientes de la práctica médica.
Mediante esta definición valoró, dentro de las diferentes especialidades 3 aspectos fundamentales: ingresos promedio, horas a la semana, años de formación de la especialidad.
El estudio clasificó las especialidades dentro de 2 grupos, especialidades con estilos de vida “controlables”: anestesiología, dermatología, medicina de urgencias, neurología, oftalmología, otorrinolaringología, patología, psiquiatría, radiología. Y especialidades con estilos de vida “incontrolables”: medicina de familia, medicina interna, obstetricia y ginecología, cirugía general, cirugía ortopédica, pediatría y urología. Esta diferencia entre “controlable” e “incontrolable” radica en las horas de trabajo semanales, los años de residencia y los ingresos.
La conclusión a la que llega este autor es que desde el año 1996 hasta el año 2002, en EEUU se produjo un incremento de especialistas dentro del grupo de “estilos de vida controlable” a costa de un descenso de las especialidades con “estilos de vida incontrolables” aumentando desde un 37% a un 55%.
Estos resultados se pueden completar con los obtenidos por Dale A. Newton (2005), que no sólo habla del “estilo de vida de la especialidad” como un factor de tiempo libre controlable o no controlable sino que pone especial atención al factor de los ingresos. Así pues su estudio analizó a 1334 estudiantes de cuarto curso entre los años 1998 y 2004. Estos valoraban, puntuando en una escala del 1 al 4, las diferentes especialidades en función de ingresos y estilo de vida. De esta forma las diferentes especialidades quedan clasificadas en 3 categorías, “amigables”, “intermedias” y “horribles”.
Las especialidades que puntuaron con estilos de vida “amigables” fueron radiología, medicina de urgencias, oftalmológica, anestesiología, urología, dermatología, otorrinolaringología y medicina física y rehabilitación. Por el contrario las especialidades valoradas con estilo de vida “horribles” fueron cirugía general y ginecología y obstetricia. Las demás especialidades, psiquiatría, medicina de familia, neurología, pediatría, medicina interna, cirugía plástica y ortopedia quedan clasificadas en un grupo intermedio.
Desde 1998 hasta 2004 tanto el estilo de vida de la especialidad como los ingresos se han convertido en un factor muy importante. Cuando comparamos estas dos variables entre si podemos observar que hay especialidades que son elegidas por el predominio de uno sobre el otro. Así los estudiantes que eligieron el grupo de especialidades amigables valoraron más el estilo de vida que los ingresos. Por contraposición, las especialidades en las que se valoran primero los ingresos abarcan el grupo de especialidades denominadas como “horribles” (cirugía general y ginecología) y otras como cirugía plástica y ortopedia, que quedan en el grupo de especialidades “intermedias”.
Podemos crear una tabla que abarcaría dos categorías claras, “controlables-amigable” y “no controlable-horrible” en la que los dos estudios concuerdan. Existe una discordancia en una única especialidad, urología que sería no controlable pero amigable. Y el resto de especialidades que no se muestran en la tabla quedaría en una categoría de especialidades intermedias.
Controlables-Amigables | Anestesiología, Dermatología, Medicina de urgencias, Oftalmología, Radiología y Otorrinolaringología. |
No Controlables-Horribles | Cirugía general y Ginecología y Obstetricia |
No Controlable- Amigable | Urología |
La conclusión última de esta comparación es que un factor importante a la hora de escoger la futura residencia y que ha hecho desplazar muchas especialidades en favor de otras es la combinación del salario, el estilo de vida y las horas libre para aspectos no relacionados con la medicina.
Personalidad y la elección de la especialidad:
¿Por qué los estudiantes de medicina eligieron estudiar Medicina?
Un estudio realizado por Marisol Soria en la Universidad de Zaragoza (2006) a estudiantes de segundo curso de medicina trató de resolver esta cuestión. Este estudio analizó la respuesta de 105 estudiantes a una serie de preguntas respecto a su toma de decisión a la hora de elegir la carrera. Fueron analizados, aparte de las características sociodemográficas, etapas en la toma de decisión, factores influyentes, patrones de selección que han seguido los estudiantes y finalmente un motivo de la decisión final. Las conclusiones son muy características pues el 60% de los encuestados pensó en estudiar medicina por primera vez antes de los 14 años y la decisión definitiva fue tomada por el 40% aproximadamente a los 16 años. El 60% restante la tomó entre los 17-18 años.
También cabe destacar la presencia de un factor influyente en el 70% de los encuestados, siendo el más relevante la presión familiar. Por último analizando el motivo de la decisión, el 68% afirmó que el motivo era altruista y un 25% destacó un motivo intelectual.
Entendiendo un poco el perfil del alumno que entra a la carrera de Medicina se puede adentrar en el estudio ya más profundo de su personalidad y su posterior elección de la especialidad. De esta forma J. Rojo-Moreno en la Universidad de Valencia estudió, entre los años 1988 y 1993 un total de 1484 estudiantes. Este estudio pretendía relacionar diferentes perfiles psicológicos, a la vez que las diferencias de sexo con la elección de una especialidad concreta. En este estudio se analizó: Características socio demográficas (edad, sexo, estado civil). Las conclusiones las podemos abarcar en 2 grandes bloques.
Por un lado una influencia clara del sexo a la hora de elegir especialidad. De tal forma que las mujeres suelen optar por especialidades como ginecología-obstetricia, pediatría y medicina de familia. Los varones suelen decantarse por traumatología y las especialidades comprendidas por la opción de otras.
También una diferencias significativa de personalidad entre ambos sexos siendo ellas más afectuosas, conscientes, emprendedoras, astutas y controladas mientras que sus compañeros varones fueron más duros, suspicaces, prácticos, rebeldes y autosuficientes.
El otro bloque abarca las diferencias encontradas entre las distintas personalidades y la elección de la especialidad. De esta forma se clasificaron a los estudiantes en 4 grupos de personalidad:
Primer grupo: que comprende medicina interna y cirugía y otras especialidades que corresponde a un patrón general.
Segundo grupo: que corresponde a psiquiatría, que presenta alta puntuación en sensibilidad emocional e imaginación autística.
Tercer grupo: que presenta a estudiantes de traumatología, con una tendencia a puntuar bajo en factores “duro-tierno” y “práctico imaginativo”.
Cuarto grupo: que tiene las especialidades de pediatría, ginecología-obstetricia y especialidades sensoriales. Estas especialidades obtuvieron altas puntuaciones en afectividad y bajas en suspicacia y practicidad.
Los estudiantes más afectuosos, confiados y prácticos tienden a elegir ginecología-obstetricia, pediatría y especialidades sensoriales. Los estudiantes más imaginativos y sensibles suelen preferir psiquiatría y aquellos que se definen como duros y prácticos se decantan más por traumatología. Finalmente medicina interna y cirugía es elegida por estudiantes sin características de personalidad específicas.
En el presente trabajo se plantea analizar diferentes aspectos de los estudiantes de medicina y su elección vocacional de especialidad, haciendo especial hincapié en el nivel que tienen estos de neuroticismo. Utilizando la definición Hans Jürgen Eysenck en su análisis dimensional de la personalidad, neurótico sería aquel individuo que presenta un sistema nervioso lábil y sobrereactivo. Una persona que reacciona demasiado intensamente y demasiado persistentemente ante estímulos externos demasiados fuertes (1960). Así pues, una persona normal tendría un bajo nivel de neuroticismo. Por el contrario, un alto nivel de neuroticismo, si se acompaña de introversión podría dar lugar a trastornos de ansiedad, obsesión y depresión, y si se acompaña de extraversión podría dar a neurosis histérica y a personalidades psicopáticas.
En un estudio realizado en 1988-1993 en la misma población, estudiantes de medicina de la universidad de Valencia, J. Rojo-Moreno demostró que había una diferencia entre ambos sexos y diferencias de personalidad a la hora de hacer una elección vocacional de la especialidad. Con el actual estudio se pretende verificar dichas diferencias, centrando el interés en el neuroticismo.
Por otro lado, este trabajo se enfoca en 2 sub-poblaciones, estudiantes de segundo curso y estudiantes de cuarto curso. Estos últimos, de cuarto curso, tienen una visión de la medicina algo más precisa. Ya han cursado algunas asignaturas clínicas y han tenido algún trato con el paciente. Es lógico pensar que puede haber alguna diferencia en la preferencia de la especialidad.
Material y métodos:
La población estudiada fueron estudiantes de la Facultad de Medicina de Valencia (España) que cursaban segundo y cuarto de carrera en el año 2018. No se aplicó ningún criterio de inclusión o exclusión ya que se pretendía enfocar el estudio a toda la población de estudiantes.
Se agruparon las diferentes especialidades en las siguientes 8 categorías: 1: Cirugía general y sus subespecialidades.2: Medicina general y medicina interna con sus subespecialidades. 3: Ginecología y Obstetricia.4: Pediatría.5: Psiquiatría. 6: Traumatología. 7: Especialidades sensoriales (Oftalmología, Otorrinolaringología y Dermatología). 8: Especialidades de apoyo (Anatomía patológica, Radiología, Microbiología).
Para valorar el grado de neuroticismo se utilizó el test EPI forma B adaptado para estudiantes, escogiendo aquellas preguntas que exclusivamente valoraban el neuroticismo.
De las 8 especialidades que se podía elegir 2 obtuvieron el mismo porcentaje de elección: 24,4% (61 alumnos) cirugía general y sus subespecialidades y medicina general y medicina interna con sus subespecialidades, las siguientes especialidad por orden de preferencia fueron: pediatría con un 16,4% (41 alumnos), psiquiatría 14,4% (36 alumnos), ginecología y obstetricia 6% (15 alumnos), traumatología 6% (15 alumnos), especialidades de apoyo 4,4% (11 alumnos) y especialidades sensoriales 4% (10 alumnos).
Tendencia neurótica:
El porcentaje de individuos que eligen Psiquiatría es claramente mayor en el grupo de individuos con tendencia neurótica frente al grupo de estabilidad emocional (16,1% contra 9,6%)
Tendencia a la estabilidad emocional:
El porcentaje de individuos que eligen Medicina General es claramente mayor en el grupo de individuos con estabilidad emocional frente al grupo de tendencia neurótica (32,7% contra 15,3%)
El resto de especialidades no tienen una diferencia en frecuencia significativa evidente.
Para comprobar si esta diferencia es estadísticamente significativa se ha calculado una prueba de X2 con su tamaño del efecto asociado, dada la naturaleza cualitativa de las variables.
Del total de individuos que escogen Medicina General, un 65,4% presentan tendencia a la estabilidad emocional mientas que un 34,6% presentan tendencia neurótica.
Del total de individuos que escogen Psiquiatría, un 65,5% presentan tendencia neurótica mientras que un 34,5% presentan tendencia a la estabilidad emocional.
- Existen diferencias estadísticamente significativas comparando la tendencia al neuroticismo y los sexos, interpretando estas diferencias como que los hombres tienden a una estabilidad emocional mayor que las mujeres.
- No existen diferencias estadísticamente significativas entre el sexo, curso, tendencia neurótica o estabilidad emocional y la elección de la especialidad.
Analizando la asociación entre la tendencia neurótica de dos especialidades en particular, Medicina General y Psiquiatría, sí aparecen diferencias estadísticamente significativas. Los individuos con tendencia neurótica escogieron más Psiquiatría y los individuos con más estabilidad emocional escogieron más Medicina General.
Me parece muy interesante , aun así faltan bastante datos sobre material y métodos así como algo sobre que tipo de análisis es, que programa se utilizo, validez fiabilidad…
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Gracias por tu copmentario. Hay que tener en cuenta que es un Trabajo de Fin de Grado (TFG) y además en los enlaces que indicamos al principio te dirigen al trabajo completo en donde sí puedes ver los detalles completos del material, método y los del analisis estadístico que se realizó y paquete estadistico utilizado. La validez y fiabilidad de la escala no es necesaria hacerla de nuevo pues el Inventario de Peronailidad de Eysenck (EPI) ya está validado y estudiada su fiabilidad en la adaptación española desde hace muchos años y hemos utilizado una de las subescalas del mismo (Neuroticismo) que también está por lo tanto estudiada su validez y fiabilidad.
En el trabajo complete tienes todos los datos que indicas.
Gracias de nuevo por tu aportación.
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