LA MEDICINA CON Y SIN EVIDENCIA


Juan Rojo Moreno

Juan Rof Carballo en Medicina y Actividad Creadora trata múltiple temas y no solo sobre la creatividad artística y los médicos sino que trata de la actividad clínica del día a día, y esta actividad se realiza sobre personas enfermas. Por esto no podemos separar nunca la medicina de un cierto humanismo personalizado. Y de ahí el paso es rápido hacia la sociedad: “no es raro oír de los más expertos que en la actualidad toda la sociedad está neurotizada, es `neurótica´”.

¿Pero todas las sociedades son neuróticas? ¿O este es un paradigma social que se ha desarrollado en nuestra cultura a partir de la “concienciación” de las influencias inconscientes puestas de manifiesto por el psicoanálisis desde principios de siglo XX?

¿Se usa el psicoanálisis en las sociedades asiáticas o quedó más bien para el desarrollo en base a nuestro fondo histórico-cultural occidental?

Rof Carballo trae a colación un estudio en el que se grabaron los primeros cinco minutos de la entrevista médico-paciente y se estudiaron por psiquiatras, antropólogos lingüistas y filólogos esas conversaciones y se valoraron, segundo a segundo, todos los matices que aparecían. Lo que se descubrió especialmente interesante fue que muchos hábitos paraverbales influyeron en la entrevista y cómo en tan breve espacio de tiempo se producía una extraordinaria densidad de interacciones emocionales Y eso que no se pudieron apreciar todos los demás elementos que intervienen en el lenguaje no verbal (fueron grabadas las entrevistas pero no fue video).

Pero ¿cómo se van a desarrollar estas interacciones emocionales con todo el bosquejo de lenguaje paraverbal (modismos, inflexiones, pausas…) y no verbal (lenguaje silencioso) cuando el médico tiene delante a personas inmigrantes del continente africano, Oriente Medio… que apenas si hablan el idioma del nuevo país en donde ahora residen?

No conozco un estudio comparativo en estos casos pero curiosamente Rof Carballo ya en los años 60 del pasado siglo se planteó en parte este problema. Rof cita a Mircea Eliade que ha hablado del nuevo encuentro de envergadura gigantesco que se produce en nuestro tiempo en Occidente: es entre dos mundos uno de los cuales pertenece a otras culturas u otras razas, y para Eliade es algo inevitable, siendo una cita que “está inscrita en la fatalidad de la historia”.

Ahora, comenta nuestro autor, Rof, que cuando todo parecía indicar que nuestro tiempo podía ser caracterizado por los hechos como la “era atómica” o bien como la historia del hombre de la ciencia y la técnica, no obstante  descubrimos con gran fuerza eficaz la irrupción de los pueblos no europeos.[1]

Todo aquello que fue anteriormente documentación humana de otras culturas, otras concepciones religiosas, mitos creencias y símbolos ahora son situaciones humanas que tienen el carácter de convivenciales.

Parafraseando a Eliade, el hombre occidental, quiéralo o no, va a tener que convivir con las viejas culturas tradicionales asiáticas y africanas y no solo en el plano utilitario sino también en el de los valores espirituales; estamos en los umbrales de una empresa fabulosa, acaso mucho más trascendente en la historia del hombre que la espectacular conquista del cosmos.

Y  no solo se trata de una convivencia de diferentes culturas, razas,  paradigmas, creencias y religiones sino que además, señala Rof Carballo, se confrontan diferentes subconscientes singulares, y siempre que en el curso de la historia los subconscientes colectivos que se entremezclan son demasiados heterogéneos la coexistencia de todos ellos sólo se realiza gracias al refuerzo de ese estamento ordenador y jerarquizante que recibe el nombre de “super-yo”.

Y volviendo a nuestra pregunta anterior, que es más concreta:

¿Qué tipo de entrevista médico-paciente le podemos ofrecer a esta avalancha de inmigrantes? Evidentemente la más accesible es la entrevista basada en la técnica y en las llamadas pruebas de “evidencia”. Pero la medicina basada en la evidencia (MBE)  tiene unas etapas que incluye:

  1. Convertir la necesidad de información como formulación de una pregunta clínica clara y precisa a partir de un problema clínico dado (acerca de prevención, diagnóstico, pronóstico, tratamiento, etc.).
  2. Búsqueda de la literatura de artículos originales relevantes y apropiados para poder contestar la pregunta clínica (la mejor evidencia disponible).
  3. Leer críticamente. Evaluación crítica de la validez y utilidad de los artículos encontrados (nivel de verosimilitud de las pruebas).
  4. Aplicación de los resultados a la práctica clínica al paciente tomando en cuenta su contexto y sus preferencias.
  5. Repasar el proceso. Repasar el proceso y hacer evaluación auto-crítica para corregir errores y mejorar el sistema de forma iterativa.

Nos encontraríamos con problemas en cómo se desarrollan los puntos 1 y 4.

Quizá, como señala Rof Carballo, lo más difícil será, en los casos que nos atañe, evitar “una Medicina mutilada sin clara visión sobre el universo emocional del hombre, una Medicina manca y tuerta”.

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que no estemos agradecidos y muchas veces incluso sorprendidos por los magníficos avances científicos y como dijo Franz Alexander del científico: “ha descendido de su reclusión en el Olimpo para enseñar a los hombres el secreto del fuego”.

Un pueblo sin creatividad, señala Rof Carballo, está condenado a la miseria. E insiste nuestro autor en que la investigación en medicina no es cuestión de lujo de la que se puede o no prescindir, sino un problema vital para la práctica profesional; una Medicina que no produzca trabajos originales es estéril por mucho que se trate de disimular con revisiones o erudiciones.

Rof no quiere en ese momento (años 60) hacer una valoración de cómo está en este campo la medicina española. Igualmente, en el siguiente video muy interesante sobre el cuadro que está en el Prado “El cirujano” de Jan Handers van Hemesen que nos lo comenta Mariano Barbacid, investigador del CNIO, se plantea también ahora esta cuestión (ver aquí).

Rof Carballo trae a colación la conferencia sobre “la responsabilidad de la ciencia en nuestra época” dictada por el físico Carlos v. Weizsäcker profesor y director del instituto Max Planck: “la Medicina tiene que ver con el hombre de manera directa. Vive la tensión de nuestro tiempo como un enfrentamiento, por un lado, entre el análisis causal de los fenómenos asilados tal como procede la Medicina científico-natural y, por el otro, con la visión sobre el hombre entero, sobre la relación con el enfermo como persona consciente y responsable que padece… Es precisamente el médico que en todo enfermo acierta a ver el hombre total el que obtiene indicaciones más útiles para el análisis causal de la enfermedad… [para esto] es necesario el trabajo en común, pero este trabajo en común solo resulta fructífero si cada uno de los médicos procura y logra no perder jamás de vista la totalidad del hombre”.

Ya desde los orígenes míticos de la Medicina siempre han estado unidos el conocimiento y el sentimiento e incluso el sufrimiento. En Medicina nuestro referente es Asclepio (incesantemente benévolo) también conocido, para los romanos, como Esculapio, que vivió en el siglo XII a.C, y  porta el emblema médico: una vara de ciprés que tiene enroscada una serpiente (Zamenis longissimus)  cuya cabeza mira hacia la izquierda y también hay una rama de laurel y de roble.  Míticamente se le considera un dios, hijo de Apolo y de la ninfa Coronis. Pero según la mitología, Asclepio aprendió medicina en gran parte del padre real de la medicina, el centauro Quirón.

Una flecha de Heracles dirigida contra Elatos (otro centauro) alcanzó al centauro Quirón en su cueva de Males dejándole una incurable herida. Aunque era un dios, llevó esa herida incurable. Fue en su juventud cuando el propio Apolo le enseñó a obtener de las plantas zumos saludables y es el precursor de la medicina helénica, el padre de la medicina. Quirón educa a Asclepio enseñándole las artes curativas sobre todo las de las plantas. Mientras que el resto de centauros eran bestias muy rudas, el inmortal Quirón se distinguía por su carácter civilizado lleno de sabiduría, inteligencia y fraternidad. Era un gran músico y fue famoso por su extenso conocimiento en el campo de la medicina. Los héroes de la Ilíada no dejaban de alabar las pócimas de hierbas con que trataba las heridas de guerra. Gracias a Apolo, Quirón se convirtió en un extraordinario arquero. En Quirón se junta la sabiduría, frialdad en la razón, cordialidad, paciencia y el arte médico pero así mismo en él también tenemos el sufrimiento por la herida que padece hasta el punto que al final cede la inmortalidad para poder morir y escapar al dolor.

El nombre Quirón proviene de “mano”: dios de mano hábil para curar, buena mano, y se le considera también el padre mítico de la cirugía aunque fue uno de los hijos de Asclepio, Macaón (significa batalla), el primer médico que curaba heridas en la Ilíada, el primer cirujano.

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A veces puede que sea necesario aplicar el “principio de Tiresias” a nuestra actividad humana pues nos está dando deslumbrantes resultados puntuales.

Tiresias es llamado a resolver una disputa entre Júpiter y Juno. Como decide en contra de lo que Juno afirmaba, la diosa le castiga con la ceguera. Júpiter que no puede enmendar el castigo le compensa donando a Tiresias la videncia sobre las cosas ocultas.

A veces es necesario aplicar el principio de Tiresias -señala Rof- el sacrificio de la visión total, la ceguera que acaso sea inevitable siempre que acertamos a divisar dentro de la realidad riquísima, una nueva parcela de la verdad (ver menos para no quedarnos prendados en lo concreto, para “ver” lo más global del hombre enfermo).

Aunque bien está si a la vez tomamos conciencia de la ceguera acompañante y buscamos el modo de resolverla, lo que debe ser una constante finalidad para una buena práctica médica que avance hacia el hombre enfermo como totalidad.

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[1] Juan Rof Carballo. Medicina y actividad creadora. Edita Revista de Occidente, Madrid, 1964. Va a ser nuestra obra cifra de referencia.  Para ser fieles a lo que Rof Carballo señala cuando habla de la “irrupción de los pueblos no europeos” no se está refiriendo a la inmigración como tal sino al poder de estos para influí en la historia del mundo.

Acerca de juanrojomoreno

Profesor Titular de Psiquiatría Universidad de Valencia
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