¿CUÁN REAL ES LA REALIDAD?


Holografía y Percepción Sensorial

Juan Rojo Moreno

         Para entender bien este artículo hay que estar familiarizado con los conceptos de David Bohm sobre Orden Implicado-Orden Explicado o recomendamos haber leído previamente el artículo precedente publicado en este blog: “Más allá de la conciencia cerebral”

¿Es real la realidad?

Por supuesto que sí, y a la vez no. Es real pero no es toda la realidad. La realidad se conforma por lo que consideramos explicitado pero también por nuestra resonancia con el orden implicado. Un avance será cuando tengamos acceso habitual, diario, a una conciencia que participe más de ambos órdenes.[1]

Porque hasta ahora tenemos un acceso muy limitado a esa conciencia unitiva y cuando aparece este acceso suele quedar como “lo inexplicable” o lo anecdótico. El doctor Carl O. Simonton (oncólogo, director médico del Centro de Investigación y Asesoramiento sobre el Cáncer en Dallas) ha trabajado sobre la visualización de imágenes mentales. En un caso de un paciente con cáncer casi terminal cuando empezó la radioterapia (con muy mal pronóstico) visualizó el tratamiento como proyectiles de energía que bombardeaban las células y así mismo visualizaba la imagen de los leucocitos haciendo su trabajo y a las células cancerosas debilitándose. El paciente tuvo una recuperación extraordinaria sin apenas efectos secundarios y en dos meses habían desaparecido todas las células cancerosas. Este método de visualización lo ha aplicado a otros muchos pacientes. La psicóloga  J. Achterberg, directora de Investigación y Ciencia en Dallas cree que la clave está en la capacidad del cerebro para formar imágenes holográficas: “la imagen, el comportamiento y el estado fisiológico constituyen un aspecto unificado del mismo fenómeno”. Y siguiendo a D. Bohm en esta dirección podemos entender que en el orden implicado, como en el propio cerebro, la imaginación y la realidad son indistinguibles  y por lo tanto, no debería sorprendernos que las imágenes de la mente puedan manifestarse como realidades en el cuerpo físico.

Mediante este método se ha podido inducir experimentalmente  un aumento específico de células  (J. Achterberg)[2]. Esta autora señala cómo la fe es crucial para la salud de una persona y cómo es necesario que nos abastezcamos de tantos “hologramas neuronales” de salud como sea posible en forma de creencias, imágenes de bienestar y armonía e imágenes de activación de funciones de inmunización, pues al fin y al cabo nuestros hologramas corporales son algo más que imágenes.

Distinguir radicalmente  entre “paciente” y persona sana es como diferenciar entre “partícula” y el entorno. Como indica el doctor Larry Dossey, estamos conectados con las fuerzas que crean tanto la salud como la enfermedad, con las creencias de nuestra sociedad, con las actitudes de nuestras familias, amigos y médicos, con las imágenes, creencias y hasta con las palabras mismas que utilizamos para entender el universo. Señala Pribram que si cada parte de nuestro cuerpo es realmente un reflejo del todo, en vez de preguntarnos cómo controla la mente el cuerpo holográfico tal vez fuera más interesante preguntar… ¿hasta dónde llega el control? ¿Tiene algún límite? ¿Cuál es el límite en el caso que lo haya? El efecto placebo puede hacer desaparecer dolores, depresiones y verrugas, y señala Lewis Thomas “si mi inconsciente es capaz de manipular los mecanismos necesarios para esquivar un virus (caso de las verrugas) y para desplegar todas las diversas células en el orden correcto para rechazar el tejido, entonces lo único que tengo que decir es que mi inconsciente está mucho más adelantado que yo”.

Podemos entender así diferentes casos, como el del holandés Mirin Dajo que se atravesaba el cuerpo con un florete por zonas en las que había órganos vitales sin producirle daño alguno evidente, y que fue estudiado en 1947 en Zúrich y Basilea por diversos doctores que no solo lo atravesaron personalmente con el florete sino que incluso le hicieron radiografías -anduvo y subió a los pisos en los que estaban los aparatos de radiografía con el florete clavado-, o el caso de Vittorio Michelli que padecía un gran tumor canceroso (osteosarcoma) en cadera izquierda y que tras bañarse en la piscina en Lourdes (1963) le fue desapareciendo el tumor y regenerando el hueso (en youtube)

¿Por qué le ocurre este último fenómeno a Michelli en la piscina de Lourdes y no en la bañera de su casa?  Excepto en personas que tengan ese don natural o en los que hayan llegado e este nivel de resonancia por su evolución espiritual, en los demás está claro que necesitamos una situación de inefable creencia mediatizadora que nos vehiculice con lo unitivo, con la trascendencia.

En los casos de estigmatizados (San Francisco de Asís, Teresa Neumann, Giovanna María Solimani) las heridas nunca se pudrían, ni se infectaban ni inflamaban. En el caso de Teresa Neumann además de los estigmas poseía el don de la inedia: la capacidad de vivir sin comer. Fue supervisada médicamente, no perdía peso, tampoco iba al baño ni mostraba signos de deshidratación aunque perdía 4 kilos (por la pérdida de sangre) cuando semanalmente se abrían sus estigmas, no obstante volviendo a la normalidad el peso uno o dos días después (¿materializaba la sangre y los nutrientes vitales?) [3] , [4]

La fe “puede mover montañas”, pero también los átomos, los electrones, las células de nuestro cuerpo. La fe, las imágenes, nuestros prejuicios, nuestras creencias… todo esto son claves importantes que nos muestran el camino para crecer en la unidad conectada. Quizá ahora tenga más sentido esta frase de San Agustín que dice: “Los milagros no se producen en contra de la naturaleza, sino en contra de lo que conocemos de la naturaleza”.

En los experimentos de Robert G Jahn con un aparato denominado “generador de acontecimientos aleatorios” (REG) que es capaz de producir una serie aleatoria de números binarios como por ejemplo: 1,2,1,1,1,2,1,2,2,2,1,1,2, sentó a voluntarios frente a un REG y les pidió que se concentraran para que se produjese un número mayor de “unos” o “doses”. Tras cientos de miles de pruebas se pudo comprobar cómo  simplemente por la concentración  conseguían influir significativamente en los resultados del REG, y que esta capacidad no era especial de individuos dotados sino de la mayoría de los voluntarios. Por estos y otros trabajos parecidos Jahn y Dunne entienden que como todos los procesos físicos conocidos poseen la dualidad onda/partícula, no es excesivo suponer que la conciencia también la tiene: cuando tiene la apariencia de partícula la vivenciamos más localizada (en la cabeza) pero cuando se expresa como onda está en resonancia con el “mundo”.

La conciencia y la materia son -indica Bohm- solo aspectos diferentes del mismo algo fundamental (que para él tiene sus orígenes en el orden implicado) y por esto con la conciencia, se accede a los fenómenos físicos. Por esta resonancia es por la que distintos autores entienden los fenómenos de la visión remota y otros muchos fenómenos -como la materialización-  en los que interactuamos con el resto del mundo; como señala Bohm “cuando se establece la armonía o resonancia de significados, la acción funciona en ambas direcciones”.

En el caso de las materializaciones, en la India no son desconocidas las noticias de personas capaces de materializar objetos, como en el libro que publicó Haraldsson tras estudiar durante 10 años a Sai Baba[5] o como describe Paramahansa Yogananda (1893- 1952)[6] o el mismo autor que tenemos como referencia -Michael Talbot- también admite la observación, por él mismo, de materializaciones de objetos al principio sobre el tejado de su casa, desde los 6 años de edad, y luego en su habitación.

Algo muy interesante de todos estos fenómenos o “capacidades” que se describen en muchas personas es que no dependen de su nivel espiritual (aunque algunas personas hayan llegado a ellas gracias a un nivel espiritual significativamente elevado). Es como si estas capacidades, que está en todos nosotros, en algunas personas se hubiesen activado y en otras -la mayoría-  no se han activado o no lo suficientemente como para alcanzar la conciencia de las mismas.

La solidez aparente del mundo es solo una pequeña parte de nuestra participación –efectiva- universal, pues la mayoría de nosotros estamos atrapados en la descripción actual que hacemos de lo que entendemos por realidad.

Desde hace tiempo tengo un paciente psicótico que independientemente de sus delirios (actualmente casi desaparecidos) me comenta que ve en la cabezas de las personas un halo de color rojo y en otras es azulado o verde. No sabe qué significa pero sí que los que los tienen halo rojo es “algo malo”. Se le puede hacer poco caso a este síntoma pues “como es un psicótico” todo es posible, aunque no conozco esa psicopatología de la percepción cromática, con esas características. Claro que lo mismo deberíamos de pensar entonces de Bárbara Brennan, que trabajó en el campo de Física Atmosférica, y que no solo ve los campos de energía alrededor de las personas sino además hacer diagnósticos médicos sorprendentes en función de lo que ve. Igualmente ocurre con Carol Dryer que asegura que ver auras desde que tiene memoria y desde luego fue antes que se diera cuenta que otras personas no podían verlas, lo cual le originó problemas con sus padres en la primera infancia al contar detalles íntimos de personas que vivían cerca. La neuróloga y psiquiatra Shafica Karagulla denominó a esta capacidad de ver “percepción sensorial superior” y buscó médicos que la tuviesen. Aunque al principio los médicos de los que había oído que tenían esa capacidad se negaron a entrevistarse con ella, al final consiguió entrevistar a un número significativo que invariablemente describían lo que denominaban un “campo de energía, o una red de energía en movimiento” y casi sin excepción mantenían su habilidad en secreto por miedo al perjuicio que pudiera suponen en su reputación profesional. Karagulla concluyó su informe escribiendo: “cuando muchas personas dignas de confianzas e independientes unas de otras cuentan fenómenos del mismo tipo, ha llegado el momento de que la ciencia los tenga en cuenta”. Considera Karagulla que lo que ocurre es que se  “sintoniza con estados perceptivos que han existido siempre en nosotros pero que están bloqueados por culpa de nuestros condicionamientos mentales externos”.

¿Qué es un campo de energía humano? No tenemos una definición del mismo ni la seguridad que nos daría la ciencia acerca de su existencia. Pero, como señala Bohm, muchas veces nos acostumbramos a discutir sobre “campos” que realmente tampoco sabemos qué son en realidad: ¿qué es un campo eléctrico? No lo sabemos ¿Qué es un campo gravitacional? Tampoco lo sabemos realmente. NI siquiera sabemos que son realmente los electrones, solo describimos lo que detectamos de su comportamiento.[7] La antigua literatura hindú cuando hace referencia al campo de energía humano dice que existe energía vibratoria “paramanu” (anu = átomos) es decir “más allá del átomo” y Bohm también cree que más allá del átomo -a nivel subcuántico- hay muchas energías sutiles con características no-locales que la ciencia no conoce[8].

¿Y qué podemos decir de los resultados  de la llamada “pruebas de la butaca”?

Gerard Croiset tenía una particular capacidad. El experimentador elegía una butaca al azar sobre un plano de asientos para un acontecimiento público futuro que iba a tener lugar en algún lugar del mundo y en los que no había reserva previa de asientos. El experimentador pedía al psíquico holandés que describiera a la persona que se sentaría en la butaca la noche en cuestión. Durante 25 años, diferentes investigadores europeos y americanos sometieron a Croiset a los rigores de la prueba de la butaca y descubrieron que casi siempre daba una descripción detallada de la persona que se iba a sentar en la butaca (género, rasgos faciales, como iría vestida, su ocupación…) y muchas veces hasta episodios de su pasado.[9]

La idea de diversos autores en relación con estos y otros experimentos parecidos en personas con estas capacidades es que la interconexión cuántica no local juega un papel fundamental y que en estos casos la mente puede ser capaz de acceder a un dominio en el que todos los puntos están interconectados no solo en el espacio sino también en el tiempo. No es que el futuro esté predeterminado pero sí -señala Bohm- que es posible para la persona que tiene esta capacidad, de sintonizar con un presente implicado que se dirige hacia la elaboración del futuro; es decir hay una anticipación del futuro en el orden implicado del presente. El futuro está formado por “posibilidades cristalizantes” señala Igo Swan.

El futuro no está predeterminado, pero quizá seamos capaces de acceder a la posibilidad más probable. La que más probabilidad tiene de cristalizar de ese futuro que existe (y a la vez no existe). Entramos en resonancia cuántica con el principio de superposición. Nos sirve como referencia el ejemplo del gato de Schrödinger[10].

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¿Cuán real es la realidad? nos preguntábamos al principio de este artículo. Necesitamos una realidad sólida, coherente, a ser posible razonada, que nos desangustie, nos dé estabilidad en nuestra cotidianeidad y en nuestra esperanza del futuro. Y gracias a los avances de la humanidad hemos conseguido hacerla así y hemos conseguido descubrir cada vez más cosas del mundo que nos rodea, de nosotros y de los demás. Pero no basta. Gracias a los avances nos podemos permitir tener un conocimiento cada vez más operativo de las otras realidades que están en nosotros mismos y que eran conocidas desde muy antiguo. Ha llegado el momento del avance operativo no solo individual sino colectivo. Esto supone comprender apropiadamente estos fenómenos que no son objetivos ni subjetivos sino “imagireales” o como dice Talbot “omnijetivos”. Hablar así parece alejarse de la ciencia, parece ser solo filosofía o irse al “misticismo”, pero una y otra vez los hechos nos golpean y nos dicen que no es irse a ninguna parte, es abrirse a lo que el ser humano es, quiere y debe ser.[11]

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[1] Ya estamos utilizando los conceptos de Orden Implícito y Orden Explícito de David Bohm. Seguimos como referencia fundamental el libro de Michael Talbot: El Universo Holográfico. Editorial Palmira, 2007.  El concepto de orden explicado e implicado de Bohm se observa desde antiguo: los budistas tibetanos llaman a estos dos aspectos el vacío y el no vacío. El no vacío es la realidad de los objetos visibles. El vacío, como el orden implicado, es el lugar donde se originan todas las cosas del universo, que manan de él en un “flujo ilimitado”. Solo es real el vacío. Hablando con propiedad no se puede describir ni el vacío ni el no vacío pues es todo una totalidad en la que conciencia y materia y todo está unido. Los budistas Zen reconocen la indivisibilidad última de la realidad. Las respuestas últimas de la existencia no pueden encontrarse en filosofías o en conceptos intelectuales por sofisticados que sean, sino más bien en un nivel de experiencia directa no conceptual [de la realidad]. Los hindúes llaman Brahman al nivel implicado de la realidad que se compone de conciencia pura, y la materia emerge de la conciencia (y no al revés).  En el pensamiento judío: tradición cabalística “la creación entera es una proyección ilusoria de los aspectos trascendentales de Dios”. Los chamanes Kahunas hawaianos consideran que todo está interconectado como una red. Fa-Tsang (fundador de la escuela budista Hua-yen del siglo XVII) comparaba al universo con una red multidimensional de joyas en la que cada una reflejaba a todas las demás hasta el infinito.

[2] Achterberg descubrió que la utilización de imágenes produce efectos psicológicos que pueden ser extraordinariamente poderosos y específicos. Así, esta autora enseñó a un grupo de estudiantes universitarios a que se imaginasen que incrementaban sus células inmunitarias llamadas neutrófilos y a otro a que hicieran lo mismo con las células tipo T. Comprobó que el primer grupo aumentaba significativamente los neutrófilos pero no las células T y en el segundo ocurría lo contrario. La visualización de imágenes positivas de nuestro cuerpo o de nuestras acciones (como han demostrado Ch. A Garfield y A. Richardson) mejora nuestro rendimiento.

[3]  San francisco de Asís. Teresa Neumann . En el caso de Teresa Neumann cuando la sangre manaba de las heridas de los pies siempre lo hacía hacia los dedos de los pies –exactamente como habría ocurrido en el Cristo en la cruz- con independencia de la posición en que estuvieran: si estaba tumbada en la cama la sangre manaba “hacia arriba” en contra de la fuerza de la gravedad.  Lo que se deduce de todo esto es -según Bohm- que la conciencia no es lo único que puede responder al significado,  también puede responder el cuerpo por lo que se puede concluir que la naturaleza del “significado” es tanto mental como física, al mismo tiempo. Y así se puede entender que incluso el electrón -y las diferentes partículas subatómicas- son capaces de utilizar activamente la información (como vimos en el ejemplo del  experimento de la doble rendija).

[4] También en Portales Médicos .

[5] Haraldsson

[6]  Paramahansa Yogananda en su libro “Autobiografía de un yogui”

[7] El campo eléctrico es un modelo que tiene su origen tanto en cargas eléctricas como en campos magnéticos. El campo no es directamente medible, sino que lo que es observable es su efecto sobre alguna carga colocada en su seno. http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_el%C3%A9ctrico

[8] Y en este mismo sentido publiqué el blog titulado “MOMENTO EVOLUTIVO DE LA ENFERMEDAD PSÍQUICA Y SU CURACIÓN. TROPONEOPOROSIS. (Hacia un nuevo pasaje) (Therehering [1] ).  En https://juanrojomoreno.wordpress.com/2011/09/18/momento-evolutivo-de-la-enfermedad-psiquica-y-su-curacion-troponeoporesis-hacia-un-nuevo-pasaje-therehering/

[9] Sobre Gerard Croiset se puede leer en  http://infinitomisterioso.blogspot.com.es/2011/07/un-vidente-soluciona-casos-policiacos.html  y en http://en.wikipedia.org/wiki/Gerard_Croiset. Como podemos ver hay informaciones diversas a favor y en contra propio del sistema al que nos estamos refiriendo.

[10] El Principio de Superposición: en el mundo cuántico las cosas pueden estar en dos sitios al mismo tiempo. Dos posibilidades a la vez. Nos dice que todas las posibilidades existen al mismo tiempo. El principio de superposición funciona hasta que alguien observa el objeto superpuesto. El simple hecho de mirar neutraliza la superposición. Es el colapso de la superposición. El gato de Schrödinger: al gato lo encerraron en una caja opaca sin un solo agujero por el que se pudiera ver al animal. En la caja habían puesto un frasco con gas venenoso que iba conectado con un dispositivo que permitía romper el frasco. El dispositivo se activaba con una partícula cuántica que podía pasar por dos caminos. Si pasaba por el camino de la izquierda el mecanismo se activaba y el frasco se rompía, pero si pasaba por el camino de la derecha el mecanismo no se activaba. Como se trataba de una partícula cuántica al soltarla no pasó por la izquierda “o” la derecha sino que se produjo una superposición pasando por la izquierda “y” la derecha al mismo tiempo. Por lo tanto el mecanismo se activó y no se activó. Por lo tanto el animal estaba vivo y muerto a la vez, se hallaba en un estado de superposición. Si alguien abre la caja, se colapsa la superposición y solo habría quedado una de las dos posibilidades. Si nadie ha abierto la caja el gato está vivo y muerto a la vez. Extraído de La puerta de los tres cerrojos. Sonia Fernández Vidal (aquí) .  También se explica  este ejemplo del gato de Schrödinger en http://www.astromia.com/astronomia/paradojagato.htm  .

[11] Se pregunta William James ¿por qué son tan escasos los “científicos” que se dignan a contemplar los testimonios en pro de lo que se ha dado en llamar telepatía? La mayoría considera que aunque fuera cierto este fenómeno, no obstante, han de confabularse para silenciarlo y ocultarlo pues en caso contrario se rompería la multitud de principios sin los cuales los científicos no saben cómo continuar realizando su trabajo.

Acerca de juanrojomoreno

Profesor Titular de Psiquiatría Universidad de Valencia
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2 respuestas a ¿CUÁN REAL ES LA REALIDAD?

  1. Lola dijo:

    Impresionante, ya debemos emprezar a tenener en cuenta estos hechos corroborados por científicos

    Me gusta

  2. Pingback: LAS ALUCINACIONES | juanrojomoreno's Blog

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